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¿Quién dijo que el petróleo y el agua no se mezclan?

¿Quién dijo que el petróleo y el agua no se mezclan?

 

 Por David Michael Cohen, Production Engineering Editor

 WorldOil, diciembre de 2008

 Los ingenieros de producción saben bien que el viejo adagio sobre el aceite y el agua no es cierto; si lo fuera, su trabajo sería mucho más fácil.

Pero no sólo en el flujo de producción se mezclan el petróleo y el agua - el agua es parte integrante del desarrollo de hidrocarburos en todas sus formas. Es un ingrediente fundamental de muchos lodos de perforación. Se inyecta en los campos maduros para impulsar el drenaje de hidrocarburos hacia los pozos. Se bombea a los pozos en forma de vapor para licuar arenas bituminosas y petróleo pesado. Como fluido de fractura, rompe las arcillas para permitir el libre flujo de gas natural de la roca - requiriendo alrededor de 1 a 5  millones de galones de agua por fractura.

 Por supuesto, la extracción de petróleo y gas produce una gran cantidad de agua - unos 10 barriles por barril de petróleo en áreas maduras como las de EE.UU. Sólo en la zona occidental de EE.UU., se producen cada día más de 5 mil millones de galones de agua durante la extracción de petróleo y gas. Sin embargo, el agua utilizada por la industria es un activo valioso, mientras que el agua oleosa o altamente salina que se produce,  históricamente ha sido considerada un pasivo.

 El agua producida es generalmente eliminada, ya sea por inyección profunda en la tierra o por tratamientos para eliminar los contaminantes y su descarga posterior al medio ambiente, ambas cosas a un alto costo para el operador. Los pozos inyectores deben inyectar en formaciones geológicamente aisladas, que no se comuniquen con fuentes subterráneas de agua potable. A menudo el agua debe ser transportada lejos hasta el lugar de eliminación y a veces requiere tratamiento previo para evitar el taponamiento de la formación que la recibe y  daños a los equipos de inyección.

 En los EE.UU. la inyección onshore se regula en virtud de la Ley de Agua Potable Segura. La descarga onshore de agua producida, regulada en los EE.UU. por la Ley de Agua Limpia, exige la separación de hidrocarburos y la eliminación de la salinidad a través de ósmosis inversa, destilación térmica, intercambio iónico y / o procesos diversos. Estos métodos pueden requerir suministro de energía costosa y personal de mantenimiento en lugares remotos.

 El agua inyectada se usa a menudo para mantener la presión del reservorio y mejorar la producción, pero el agua de producción tratada y descargada no ha sido históricamente considerada como un activo para el operador, incluso cuando se utiliza provechosamente, como para el riego de cultivos de los superficiarios o para abrevar el ganado o la fauna silvestre. En general, el operador simplemente está feliz de deshacerse del elemento indeseado.

 Agua como un activo. Esta relación tradicional con el agua de producción ha sido revertida por una pequeña empresa de tratamiento de agua de producción que opera en la Cuenca Piceance, al noroeste de Colorado. Matthew Bruff, jefe de desarrollo y consejero general de Altela Inc., presentó el caso el mes pasado en la 15ª Conferencia Ambiental anual Internacional de Petróleo y Biocombustibles celebrada en Albuquerque, Nuevo México.

 En Colorado, al igual que en otros estados del oeste, los derechos sobre el agua se crean cuando el agua es colocada o apropiada para "uso beneficioso". Desaguar un pozo de petróleo o de gas por lo general no crea un derecho de agua en el estado porque el agua no está clasificada como colocada para usufructo. Sin embargo, a principios de este año el estado expidió permisos que sientan precedentes, permitiendo a Altela descargar su agua de producción tratada de un proyecto de la Cuenca Piceance en la Cuenca del Río Colorado para su reutilización beneficiosa, generando derechos para el agua tratada. El agua es tratada en boca de pozo utilizando el proceso de destilación térmica de baja energía de la compañía, que en este caso redujo drásticamente la cantidad de agua residual que había que transportar por camiones a gran distancia para su eliminación, con lo cual la empresa ahorró dinero.

 La empresa tuvo que demostrar, mediante un modelo de agotamiento de corrientes, de que el agua tratada de sus pozos productivos no era tributaria, lo cual de acuerdo al estatuto de Colorado significa que su extracción, en el término de 100 años, no depletaría el flujo de ninguna corriente de agua natural dentro del estado, a una tasa anual superior al 0,1% de la tasa anual de depleción de las corrientes.

 Los permisos, en efecto, crean derechos de agua que la empresa podrá utilizar para el suministro de agua después de sus operaciones para propósitos industriales, comerciales y de riego. Ésta no es la primera vez que un operador o empresa de servicios en los EE.UU. ha utilizado el agua como un activo, por seguridad. Pero puede ser la primera vez que un gobierno estatal ha clasificado legalmente un flujo de agua producida como un activo.

 La industria del agua de producción. Con esta simple re-definición legal, un enorme flujo de residuos potencialmente podría convertirse en un flujo de ingresos viables para empresas de petróleo y gas. El  agua de producción tratada ya encuentra muchos usos importantes, incluyendo las aplicaciones en campos petroleros como agua de alimentación para drenaje por gravedad asistido por vapor, o SAGD, y fluido de fractura. Otras aplicaciones que se buscan para agua tratada de producción incluyen el agua de refrigeración para plantas de energía y el calentamiento de gas natural licuado para su regasificación. ¿Por qué éstas y otras valiosas re-utilizaciones del agua de producción de los yacimientos petrolíferos no podrían generar derechos sobre el agua y, por lo tanto, ingresos para los productores?

 Más allá de los dólares y centavos, si las empresas persiguieran constantemente la normativa de clasificación de su agua de producción limpia y tratada, como un activo en lugar de un residuo, ello haría mucho para reformar la imagen de nuestra industria con respecto a los recursos de agua – para no ser vistos sólo como usuarios nasivos y contaminadores de agua, sino como socios en la conservación y recuperación de este recurso tan preciado.

 Dejando volar brevemente la imaginación, a la larga, los problemas de escasez de agua sobrevivirán por lejos a las presentes controversias en torno a nuestra industria y, realmente, a la industria del petróleo y gas en sí. El tratamiento de aguas profundas, que en nuestro tiempo se hace estrictamente para facilitar la extracción de petróleo y gas, pueden un día convertirse en un proyecto crucial en sí mismo, cuando las fuentes tradicionales de agua dulce se hagan cada vez más escasas por las poblaciones en crecimiento y el aumento de la industrialización , especialmente en los países en desarrollo. Además, personal de campo como ingenieros de producción, contratistas de perforación y geólogos de exploración serían partes necesarias partes de esta nueva industria del agua.

 ¿No sería gratamente irónico si nuestra industria, tan difamada en el siglo pasado por sus impactos negativos sobre el medio ambiente, se convirtiera en un elemento clave de su preservación en el próximo?

 

1 comentario

El... -

preguntale a los granjeros EE.UU q tienen pozos en su casa aunque igual ya han muerto todos...hidrocarburos+agua= CANCER
Mejor no malgastar que invertir en reparar.